Los viejos poetas llegaron
A escribir sus últimas estrofas.
Jamás volverás a enredar tus dedos
Entre los dedos de mis pies;
Deja que los buitres destrocen
Las vísceras de nuestra gran historia.
Deja que devoren las carnes muertas
De nuestro inmaculado amor.
Manchada has quedado para siempre
Con la tinta indeleble de la mala memoria
Manchada con la sangre de tu maquiavélico olvido
Y de este pájaro satisfecho, raso y cobarde
Triunfante en la punta de la roca de tú cuerpo dormido.
Los viejos poetas llegaron a
cargar las últimas estrofas;
En estos días rasantes de verano
Las moscas de la ventana me miran con dulce amargor;
Pero yo necesito dormir las esperanzas
Para amanecer algún día con renovados sueños.
Jamás volverás a hacer la que fuiste
Jamás la misma mirada, transparente y profunda
Jamás las eternas conversaciones
Jamás el corazón palpitando en nuestras manos lazadas;
Acabas de enterrar la más bella esencia
De lo que alguna vez fuiste, mujer luminosa;
Ella se estrella con la vieja montaña de todos los pecados capitales.
Y los viejos y sucios poetas han llegado
Ha incinerar tu último recuerdo;
La mancha impura de tu maquiavélico olvido.
Dejadme cargar con la cruz del desarraigo
Dejad que los buitres vuelvan a sus costas
...a velar como nunca por sus nidos vacíos.