La primavera florece enraizada
Bajo su tumba flotante y trémula
Pensamientos sombríos le acompañan
Inmerecidas angustias perecederas.
Hay un viento tenso y tibio
Que ronda entre los cuerpos de la esfera
Las sabanas que cuelgan en el patio
Iluminan la noche tensa y quieta
¿No ves la metamorfosis del poema?
¿Acaso no ves, como los gatos se me cruzan por la
acera?.
Se oye un mustio canto gregoriano
Una patética oda a la tristeza
En la ventana permanece y llora
Un niño enjuto arrinconado en su miseria
Y yo como indulgente poetastro
Destierro raudo la página serena.
Descanso sobre el puente de las trancas
El tabaco se hace nata por las venas
Considerando el bochornoso panorama
Mis sueños se aniquilan en la espera
Y mi grito
enardecido empequeñece
Suspendido en el aire que se queda.
Tan solo un coñac de mala muerte
Extinguiría las angustias venideras
Alégrame con la embriaguez en esta hora
Anidándole a esta noche una quimera.
Considerando el nauseabundo paisajismo
Hacia su tumba flotante y trémula
Se va disipando la esperanza
Que de la mano
acompaña a la tristeza.